Machu Picchu: Una maravilla del Mundo
Por: Alejandra Mallorga
Y de repente se nos cortó la respiración. Lo que habíamos
estado esperando durante todo el viaje por fin estaba frente a nosotras: Machu
Picchu, la montaña vieja que se erguía imponente desde los remotos tiempos
incaicos. Con razón es una maravilla, pensé.
Con su fantástica e inexplicable arquitectura y su paradisíaco e
impresionante paisaje, no es difícil
deducir por qué es uno de los destinos turísticos más populares del planeta hoy
en día.
Luego de subir el camino cuesta arriba para apreciar mejor
la majestuosa fortaleza, nuestro guía (mejor conocido como el Tío George) nos
empezó a explicar su historia, el porqué se había construido en ese lugar,
quién lo había hecho y por qué se consideraba un lugar sagrado. Machu Picchu,
fue mucho más que una ciudadela o una construcción de piedras para quienes
habitaban allí en el pasado, pues representaba la unión de los tres mundos
incaicos: el Hanan Pacha (mundo de arriba), el mundo presente y el Hurin Pacha
(inframundo). Además pudimos ver el cóndor, el puma y la serpiente
cuidadosamente escondidos en el paisaje. Fue una experiencia inolvidable que me
enseñó a ver el fondo de las cosas, pues no todo lo que puedes ver con los
ojos, es todo lo que hay. En Machu Picchu es necesario que aprendas a ver con
todos tus sentidos.
Por ser ceja de selva, el clima en Machu Picchu es muy
voluble; cuando llegamos, el calor era fantástico, se perfilaba como un día con
un clima perfecto, pero luego de una hora, empezó a caer una, luego dos y luego
todo el lugar se empezó a inundar de pequeñas gotas de agua que empezaron a
hacerse cada vez más grandes y luego empezaron a doler, porque sin darnos
cuenta ¡se habían convertido en granizo! De todas formas recorrimos Machu
Picchu, a pesar de los obstáculos y las dificultades (y es que casi nadie tenía
impermeables y nos mojamos hasta la médula).
A pesar de todo eso, valió la pena hacer el esfuerzo y ver
la montaña. En todas mis fotos salgo completamente empapada, pero con una
sonrisa de oreja a oreja, encantada por completo con Machu Picchu.
Después de visitar Cusco, no podría describir en palabras lo
mucho que me gustó. Me encantó su gente, su gastronomía variada (aunque al
principio el chicharrón de alpaca me resultaba sospechoso), su historia, su
cultura, su legado. Y es que para ser franca, ¡me quedé encantada con todo! Con
este viaje, me he enamorado aún más de mi país.
Machu Picchu |
Con el tío George